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¿Qué buscar en un monitores gamer?

Monitores gamer

La guía definitiva del comprador de monitores gamer.

¿Quiere comprar un monitor para juegos pero no sabe por dónde empezar? Hoy en día puedes pasarte todo el día y la noche en Internet investigando qué buscar en un monitor para juegos y acabarás con un centenar de argumentos contradictorios sobre qué características o marcas son las mejores.

Si lo que quieres es ver cuál es nuestra mejor elección de monitor para juegos, sólo tienes que hacer clic aquí, donde abordamos un montón de opciones diferentes y estupendas para ofrecerte lo mejor de lo mejor.

Estamos aquí para darte los puntos clave y las características que debes tener en cuenta a la hora de elegir un nuevo monitor para tu equipo de juegos. Así pues, entremos de lleno.

¿Qué características son las más importantes?

Tanto si eres nuevo en el mundo de los videojuegos como si juegas a un nivel experto, tendrás que navegar por los cientos de opciones disponibles. Pero, ¿qué características son las más importantes? Averiguar esto antes de buscar entre todas las marcas y modelos te ayudará a ahorrar tiempo y dinero.

Estos son los aspectos más importantes que debes tener en cuenta a la hora de buscar un monitores gamer que satisfaga tus necesidades:

  • Tamaño y resolución de la pantalla
  • Tasa de refresco
  • Tiempo de respuesta
  • Tipos de panel
  • FreeSync y G-Sync
  • Color
  • Calidad de construcción
  • Puertos

¿Cuánto debo gastar?

Aunque todas estas características son importantes, el orden de su importancia dependerá de lo que busques en un monitor para juegos.

Características clave para una mayor fluidez

Si lo que quieres es fluidez por encima de todo, este es tu orden de prioridad:

Tasa de refresco: ¡no menos de 120 Hz! Esto significa 1080p en los modelos más económicos y 1440p cuando se trata de un monitor más grande.

Tiempo de respuesta: no más de 3 ms.

G-Sync o FreeSync – La tasa de refresco variable ayuda a sincronizar los FPS y la tasa de refresco para ofrecer una experiencia de juego mucho más fluida.

HDR y gama cromática profunda – ¡Opcional! El HDR no siempre es ampliamente soportado.

Elección de la tecnología de panel adecuada: los paneles IPS han avanzado mucho en los últimos años y ofrecen una buena precisión del color junto con una gran frecuencia de actualización. Sin embargo, los paneles TN siguen siendo muy utilizados por los jugadores por su rápida respuesta y su bajo retardo de entrada.

Características principales para obtener la mejor resolución y detalle de color

Si quieres claridad de imagen y precisión de color por encima de todo, este es tu orden de prioridad (Nota: esta ruta es posiblemente más cara):

Tamaño y resolución de la pantalla

Mucha gente comete el error de pensar que un tamaño de pantalla mayor es siempre mejor. Aunque esto es cierto sobre todo en el caso de los televisores, la mayoría de la gente considera que los tamaños que van de 24″ a 27″ son los mejores para los juegos. 

Por lo general, estarás sentado a unos 3 o 4 pies de distancia de la pantalla y los monitores de este tamaño te permitirán ver todo a la vez, algo crucial para el juego competitivo. Dicho esto, los monitores gamer más grandes son cada vez más populares entre la comunidad de jugadores actual, ya que proporcionan mayores niveles de inmersión y entretenimiento. 

Sin embargo, recuerda que subir de tamaño teórico de pantalla puede suponer un incremento en el precio final.

¿Qué resolución necesito para jugar?

La resolución que necesitas para jugar vendrá determinada en última instancia por la GPU de tu PC y por el presupuesto con el que cuentes. Si quieres disfrutar de juegos de alta resolución, tendrás que pagar más.

1080p es la resolución más habitual entre los jugadores, pero a medida que se vayan lanzando nuevos juegos y tecnologías de PC, es de esperar que 1440p y 4k se conviertan en el estándar de facto para el jugador cotidiano.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que pasar de 1080p a 1440p (o 4k) tendrá un impacto significativo en el rendimiento del PC. Esto tendrá un impacto particularmente grande en el rendimiento de los juegos, reduciendo el número de fotogramas que el PC puede manejar en cualquier juego.